En 1908, Díaz queriendo dar al pueblo de
los estados unidos la impresión de que en su gobierno reinaba la democracia,
declaró al periodista James Creelman que “El creía que el pueblo mexicano
estaba ya apto para ejercer sus derechos cívicos sin peligro de que se
trastornarse el orden; que no vería mal la fundación de un partido de oposición
y que no deseaba continuar en el poder”.
Es indudable que los científicos agrupados
en su unión liberal, el llamado círculo de amigos del general Díaz y los grupos
gobiernistas vieron en las declaraciones del presidente un peligro para su
situación de dominio.
El pueblo mexicano creyó en las
declaraciones del dictador, y los elementos más capaces decidieron constituir
partidos políticos de oposición para intervenir en la lucha electoral que
pondría fin a la dictadura.
Desde el año 1900, el ingeniero Camilo
Arriaga inicio desde San Luis Potosí la organización de clubes liberales en
toda la república.
En 1901 se reunió en la capital potosina el
1 congreso liberal mexicano con el fin de organizar el partido liberal
mexicano, que trataba de levantar la bandera política del liberalismo.
En este congreso, al que asistieron cerca
de 300 delegados, entre los que figuraban los hermanos Flores Magón, Juan
Sarabia y el profesor Librado Rivera, tomaron acuerdos como la resolución del
problema agrario para los campesinos, pidiendo además para los trabajadores de
la ciudad el derecho de huelga y la jornada de 8 horas.
Los delegados iniciaros una activa campaña
político-social; lo que alarmó profundamente a Díaz quien tomó sus medidas para
escribir el 2do. Congreso del partido liberal, citado en S.L.P. en enero de
1902.
En enero de 1909, se organizó el partido
democrático, compuesto de elementos en su mayoría porfirista, pero no
científicos, por lo cual no se intentaba hacer nada acerca de la dictadura,
pretendiendo una evolución pacífica dentro del régimen efecto de cambiar el
régimen personal, de la dictadura por el imperio de la ley y de la
constitución.
Exigía la reforma del sistema electoral;
lucho por la libertad de pensamientos, el respeto de la libertad y a la vida
humana; la moralización de la justicia y el útil empleo del tesoro publico;
abogaba, por el fomento de la educación pública y reclamaba el respeto al
municipio libre.
Proyectó también la creación del ministerio
de agricultura, que se promoviera la libertad política agrario y el crédito
interior y solicitó la expedición de leyes sobre accidentes de trabajo.
El presidente de este partido fue el Lic.
Benito Juárez Maza, con quien colaboraron otros intelectuales de la clase
media.
A principios de 1909, se organizó el
partido antirreleccionista, que postulaba el principio de sufragio libre, no
reelección. Firmaron el manifiesto de dicho partido entre otros, Francisco I
Madero, Emilio Vázquez Gómez, Filomeno Mata, etc.
En dicho manifiesto se hacia una crítica de
la administración porfirista, afirmando que en ella la justicia amparaba al más
fuerte, que la instrucción pública sólo se impartía a una minoría, que los
mexicanos eras postergados a los extranjeros y se hacia un llamado al pueblo
para que asistiera a las próximas elecciones.
Muchos de los adeptos al partido
democrático, que aceptaban la candidatura presidencial de Díaz para las
elecciones que habrían de realizarse en 1910, proponían al general Bernardo
Reyes para la vicepresidencia, formando el partido reyista.
Este partido se organizó de manera rápida
en toda la república; pero como reyes declaró que no aceptaba su postulación a
la vicepresidencia, el partido reyista se disolvió en numerosos elementos de él
se afiliaron al partido antireeleccionista. Otros elementos reyistas de
ideología avanzada constituyeron el partido nacionalista democrático.
Este grupo consideraba que la revolución
era indispensable para destruir el régimen social que la dictadura había
impuesto. Sus principales dirigentes fueron el ingeniero Ángel Zozaya y el
periodista Diego Arenas Guzmán.
A fines de 1909 se iniciaron los trabajos
para la nueva reelección del general Díaz. Este manifestó sus deseos de no
aceptarla pero los científicos insistieron para que siguiera al frente de la
presidencia por un sexenio más.
El 26 de junio de1910 se llevó acabo la
elección, en lo que todo estaba preparado para el triunfo de Díaz- Corral,
siendo ambos declarados para el sexenio 1910-1916.
Díaz y Corral fueron declarados triunfantes
y así inició su último periodo gubernamental el general Díaz.
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